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  • Cámara Oscura

"Estamos en el campo de batalla del consumo masivo”

Entrevista al editor Darío Lavia; su opinión sobre la escena de terror local. H.P. Lovecraft y su influencia ciclópea. El ojo de Hollywood, sobre Argentina.




Por Sergio Franco y Marcos K.


El terror cósmico está de moda. El año antepasado tuvimos el estreno de Aterrados, de Demián Rugna, y se viene la remake yanki, a su cargo y producida por Guillermo Del Toro; y el año pasado se estrenó también Necronomicón: el libro del infierno, de Marcelo Schapces. Ambas fueron exhibidas en sala comercial, y ambas toman influencia del icónico escritor Howard Phillips Lovecraft. Es decir que el terror cósmico no es nuevo; el propio Lovecraft no gozó en vida del éxito comercial de su obra, pero por suerte las modas vuelven. Su obra trasciende la literatura, habiendo sido adaptada por innumerables realizadores cinematográficos. No sólo sus relatos fueron adaptados, también lo fueron sus métodos y recursos. Forzando los límites de la realidad, del espacio y del tiempo, Lovecraft se convirtió en una parada infaltable en el camino de todo interesado en el género de terror.

Interesados por el ascenso del subgénero cósmico en el cine local, fuimos cálidamente recibidos por Darío Lavia, director de la revista Cineficción y de los Libros de Oro de Cinefania, además de gran conocedor de la obra y la trascendencia de Lovecraft.


¿Qué opinás sobre el surgimiento de producciones locales del género cósmico, como por ejemplo el estreno de Aterrados? Vemos en este film cierta inspiración Lovecraftiana. ¿Cuál es tu visión al respecto?


DL: Lovecraft está hace décadas en las lecturas de Demián Rugna, y también en sus gustos, así como en todos los realizadores desde el año 2000 a la fecha. La lectura de Lovecraft nos invita a abrir la mente a cosas que no eran convencionales en el terror que veníamos teniendo en el cine de los años 60´o 70´.


¿Cómo llega al cine la influencia de Lovecraft? Imaginamos que debe ser un largo camino.


DL: Sus discípulos, como lo son August Derleth y Robert Bloch, con su entusiasmo por esta literatura y estos personajes, propiciaron la producción de una especie de fandom. Varios escritores diferentes empezaron a aportar personajes y episodios en un mismo universo, que era el de estos seres mitológicos.

Lovecraft no conocía a ninguno de estos escritores amigos. Su intercambio era sólo a través de cartas. Consultaban a Lovecraft sobre Cthulhu, Nyarlathotep, el Necronomicón, y todos los rituales. A través de estos relatos, tanto de Lovecraft como de otros escritores, se empezaron a recopilar los mitos de Cthulhu.

A partir de los años 40´, August Derleth funda Arkham House, que es una pequeña editorial, y empieza a editar todo lo que Lovecraft había dejado sin publicar. Gracias a este trabajo de recopilación y publicación de August Derleth, a través de Arkham House, en el año 63´ Lovecraft llega al público masivo universal a través del cine. Se filma El Palacio Embrujado con Vincent Price, de Roger Corman, ofreciéndola publicitariamente como una película de la serie de Poe, con la idea de capitalizar el hecho de que Poe se leyera en las escuelas. No hacía falta mucha publicidad, porque el autor ya estaba instalado en el mercado.



Lovecraft es un tipo ajeno a su época. Si bien él produce en el siglo XX, parece del siglo XIX, y eso es lo que genera tanto interés. Mientras muchos escritores trataban de estar en “la pomada” para vender más relatos, Lovecraft se abstraía de su tiempo. Se convertía él mismo en un anacronismo viviente. Esto genera más pedidos y reediciones a Arkham House, y ahí es como que se amplía ese universo. En los años 70´y 80´, otros realizadores encuentran algo maravilloso en su literatura, adaptándola al cine. Los realizadores empiezan a hacer sus propias versiones, como el caso de Carpenter con La cosa (1982), que puntualmente no se basa en un relato de Lovecraft, pero tiene sus conceptos instalados.


¿Cuáles son estos conceptos? ¿En qué consiste el “Terror Cósmico”?


DL: Te pongo como ejemplo Alien. Es evidente cómo actúa el terror cósmico, donde está presente esta cuestión con el espacio exterior. En esta historia, el concepto de Lovecraft se introduce cuando están monitoreando al capitán que está en los ductos de ventilación y ven que se le están viniendo encima. El capitán no lo ve, pero los otros lo están viendo, y a la vez se lo están transmitiendo de manera remota. Eso es La Declaración de Randolph Carter (H.P. Lovecraft), en el cual uno por teléfono escucha lo que está viendo otro, dentro de unos túneles subterráneos. Así es que ni Alien, ni Príncipe de las Tinieblas, ni En la Boca del Miedo, se basan en relatos de Lovecraft, pero su influencia está claramente presente.


¿A qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de Terror Cósmico?


DL: Para Lovecraft, el horror cósmico es algo más allá del tiempo y del espacio. Son evidencias que uno observa en la Tierra del presente, o del presente de los personajes, pero remite a un pasado tan remoto que es incluso anterior a la contabilización del tiempo. Pueden ser visitantes de antes de la prehistoria, que han dejado su impronta, con lo cual ahí se mezclan religión, metafísica, parapsicología, y lo cósmico. El límite se encuentra en la imaginación del espectador. ¿Cuánto es un millón de años? ¿Me puedo imaginar cuantos son mil años? Cuesta. Imaginate lo que pasó acá hace un millón de años. ¿Cómo era la Tierra?


Además del espacio y tiempo, se maneja el concepto de “otras dimensiones”. Explicanos un poco como aparece esto.


DL: El concepto de “otra dimensión” lo maneja Lovecraft muy tímidamente, pero lo empezaron a manejar escritores del siglo veinte, especialmente los dedicados a la ciencia ficción, como Asimov (“Sobre la ciencia ficción 1981”). La “otra dimensión”, básicamente es lo mismo que está sucediendo acá, pero no está circunscripto ni al ancho, ni al largo, ni al espesor, ni a la cuarta dimensión, que es el tiempo. Osea, es una dimensión allende a estas cuatro.



¿Qué antecedentes podemos encontrar en la escena Argentina del género cósmico?


DL: Además de Aterrados, el propio Demián tiene una serie de cortos que realizó por el año 2003. Fuera de esto, existe un gran problema en el contexto argentino para dar con más ejemplos, ya que nunca tuvimos una industria del horror. Siempre son pequeños y aislados intentos, que al verlos en retrospectiva, uno puede definir una suerte de movimiento del horror, pero dispersos en el tiempo. Más difícil resulta encontrar piezas de horror cósmico.

En el festival Buenos Aires Rojo Sangre se proyectan muchas realizaciones de este género, pero ninguna tuvo la oportunidad de llegar al circuito masivo, como el caso de Aterrados. Que no solo estuvo varias semanas en cartel, sino que ahora va a tener su remake producida por Guillermo del Toro.


Bueno, quizás lo que no pasó hasta ahora pueda empezar a pasar. ¿Se viene el Cósmico Argentino?


DL: Yo me conformaría con que venga, se instale y se mantenga un cine de horror argentino, con sus varias vertientes.


¿Estamos hablando de evitar una fuga de cerebros a la industria de Hollywood, cultivando un horror local?


DL: Bueno, eso es algo de lo que se habla hace ya varios años. Al principio, los realizadores debían conformarse con estrenar en el festival, porque el INCAA no estaba interesado en el género. Paulatinamente con los años comenzó a interesarse más. En 2008 se estrenó Visitante de Invierno, que representó un pequeño escalón para la industria del cine argentino, pero un gran paso para la historia del horror cinematográfico argentino por ser la primera película de terror después de 20 años que se estrenó comercialmente, y de ese pequeño escalón ya pasaron más de 10 años. Ahora ya tenemos varias películas que destacaron en la escena. El año pasado fue Necronomicón, donde se tocó íntimamente la obra de Lovecraft, este año se estrena Bruja, además de Aterrados. Ahora sí estamos en el campo de batalla del consumo masivo, con lo cual no sería vender el alma al diablo vender un libreto a Hollywood, o que te encarguen una remake de tu película. Como Demián, que va a hacer el mismo la remake de su propia película para el mercado internacional.


¿Puede esto garantizar una fidelidad fuerte al trabajo original?


DL: Eso no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que Hollywood estuvo siempre atento al mercado extranjero. No se olviden de Los martes Orquídeas la comedia de Mirtha Legrand, que la rehicieron el Hollywood con Ginger Rogers. No se olviden de 9 Reinas, que se hizo como Criminal en el 2004. Esto en relación con Argentina, pero en el mundo se ven innumerables casos similares.

Pensemos en que en Argentina existe un gran problema para los realizadores, que va más allá del presupuesto. Existe el pensamiento que dice que si es argentino no es bueno, hasta que recibe un premio en España, en Inglaterra, o en EEUU, entonces debe ser buenísima. Ese es una mezcla de esnobismo, miserabilidad, estupidez, pero como seres humanos eso lo tenemos enquistado, y cada uno debe luchar día a día contra eso.



Marcos K (Marcos Kusmierczyk) es realizador independiente, estudiante de Audiovisión en la Universidad Nacional de Lanús, y su apellido no está hecho para ser pronunciado por seres de esta dimensión. Sergio A. Franco es estudiante de Audiovisión en la Universidad de Lanús, y amante del rock sónico.

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